...Si caminas entre brasas, déjame ser tus zapatos.
...Si ves almas muertas, déjame enterrarlas.
...Si estás a oscuras, déjame iluminarte.
...Si oyes un grito, déjame tapar tus oídos.
...Si te sientes sin vida, déjame resucitarte.
...Si estás perdida, amiga mía...
...Déjame ser tu guía.
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1 comentarios:
Vengo aquí años después de ver tu comentario en mi blog. Ciertamente, es un auténtico placer leerte.
Y, en referencia a post, decirte que no tan estúpida, tan solo es miedosa aquella persona a la que nuestra protagonista (tú) pretende proteger. Acepta, por tanto, este consejo. Madurar es asumir el miedo al próximo instante, a la decepción y al dolor. Lo mejor de la mitad de la vida son las equivocaciones que mejoran (sustancialmente) la otra mitad venidera.
Un saludo acompañado de un beso enorme.
Delkhan.
PD: Veo que tienes el blog un tanto abandonado. Si vuelves para leerlo (por nostalgia, como hacemos todos años después), que sea para quedarte. Las palabras son la sombra de nuestra voz, una voz que pocas veces sentimos que tenga peso.
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